Dada la escasa lucidez con la que una cuenta cuando está con mucha fiebre, fundamentalmente he empleado mi basto tiempo libre en hacer cosas que no me han requerido grandes esfuerzos, pero sí mucha satisfacción, como ver (a modo de maratón) algunas de mis películas favoritas por excelencia, que como me las sé de memoria, si la fiebre me impide seguir todos los diálogos, no me perderé en la trama ;) .
Este fin de semana he vuelto a ver, por enésima vez, la maravillosa película protagonizada por mis queridos Paul Newman y Liz Taylor "La gata sobre el tejado de zinc".
Me enamoré de esta película desde la primera vez que la ví, pero lo cierto es que cuando leí, posterioremente, la obra de teatro de Tennessee Williams ("La gata sobre el tejado de zinc caliente") en la que estaba basada la película me di cuenta de que esta vez sí que se cumple este dicho de que "es mejor el libro que la película".
A pesar de ello, la película es maravillosa (la obra de teatro de lo mejorcito que he leído), y se nota claramente que el guión está basado en una obra de teatro, porque es extremadamente bueno. La fotografía, los decorados, los actores, el vestuario. Todo de 10.
Aunque cuando he dicho que "me enamoré de esta película desde la primera vez que la ví" tengo que reconoceros que, a pesar de ser ésto cierto, de lo que me quedé absolutamente enamorada es de Paul Newman. El personaje de Brick al que el atrativo actor da vida en esta estupenda película será, muy posiblemente, de los personajes más atracticos que haya visto en la gran pantalla. Supongo que, como siempre, para gustos colores, pero reto a que veáis la película y me digáis si es posible no quedarse prendada de él. No sé si es su perfecta anatomía, la mirada penetrante que le dedica a Liz Taylor en la primera secuencia juntos (desde ese diálogo te das cuenta de que estás ante una obra maestra) o ese aire chulesco y a la vez tierno que mantiene a lo largo de la película. Pero el caso es que pocos personajes masculinos tan atractivos como éste he visto en la gran pantalla. Ahí lo dejo ;) .
Otra de las películas que he visto este fin de semana es la oscarizada "Sonrisas y lágrimas" ("The Sound of Music"), protagonizada por la magnífica Julie Andrews y Christopher Plummer.
Un musical maravilloso, con unos exteriores preciosos y un guión perfectamente hilado.
Me encanta la película, por muchas razones, pero entre las principales está la increíble tensión sexual perfectamente palpable entre los personajes principales (imposible pasar por alto ese inicial "Le ruego que se quede").
Qué buenas interpretaciones. Y las canciones han pasado a formar parte, sin duda, de mi particular banda sonora ;) . Maravillosa.
En aquellos momentos en los que la pertinente dósis de Paracetamol más efecto me estaba haciendo, y por tanto más me parecía a una persona "normal-no enferma", he aprovechado para seguir leyendo la magnífica novela que estoy leyendo en estos momentos: "La canción de los misioneros", de John le Carré.
Una fantástica novela de intriga y espías, que sin duda es el género que más me gusta.
Pero cuando la fiebre volvía a apoderarse sin piedad de mi cuerpo, volvía al medio audiovisual. Esta vez elegí una de mis comedias románticas preferidas: "The Holiday".
Protagonizada por Cameron Díaz, Jude Law, Kate Winslet y Jack Black, es de las mejores películas del genéro que he visto en los últimos años.
Muy buenas interpretaciones (la verdad es que el equipo de casting de la película hizo un estupendo trabajo, encajan perfectamente en sus respectivos papeles) y música y ambientación perfectas, pero sobre todo un exquisito guión de mi querida Nancy Meyers.
Hay frangmentos que son de matrícula, como los dos "monólogos" que se marcan Kate y Cameron en distintos momentos de la película. De 10 también el vestuario (me encanta el de Cameron sobre todo).
Y hablando de enamorarme, Jude Law me conquistó totalmente desde ese "¿Te apetece una copa?" que le dice a Cameron al poco de conocerse ;) .
Por último, hoy he visto la también maravillosa película "Dos en la carretera", de Stanley Doney.
Protagonizada por Albert Finney y Audrey Hepburn, es una fantástica película sobre el matrimonio.
El guión audaz, con constantes flashbacks, es una delícia. Y éllo unido a los impecables atuendos de mi queridísima Audrey.
Pero sólo apta para personas realistas. Porque, tras esa fachada de película con una estética muy cuidada (que también), en definitiva sólo pone de manifiesto grandes verdades sobre el matrimonio ;) .
Todo ello en la mejor de las compañías ;) , con pequeñas dósis de galletitas francesas de mantequilla (mis favoritas, sin duda), "Xaxus" de la pastelería Gorrotxategi (¿habéis probado estos exquisitos dulces de Tolosa (Guipúzcoa)? una verdadera delicia)
y mucha agua.
No si va a resultar al final que estar enferma el fin de semana no es tan malo como parece ;) (no, en realidad es peor aún....). Todo depende de cómo lo pueda llevar uno, ¿verdad? Estos son algunos de mis pequeños remedios contra la gripe ;) .
Un besito "griposo". S.
Thanks for reading ;)
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