miércoles, 2 de noviembre de 2011

Shopping on-line

Me encanta la moda. No hay mes que falte a la cita de comprarme las principales revistas de moda, suelo estar al día de las nuevas tendencias y, sobre todo, me encanta ir de tiendas.

Y sí, he dicho bien, "ir de tiendas" (y no "ir de compras"), porque lo que realmente me encanta es organizar la ruta de tiendas a las que quiero ir, buscar quella prenda que no me quito de la cabeza (ese ese must que se me resiste) o dejarme sorprender, bien porque descubra una nueva tienda, bien porque encuentre lo que suelo llamar LA prenda; es decir, EL vestido o LOS pantalones, por poner algún ejemplo, de ¨mi vida¨. Siempre he disfrutado con todo el ¨ritual¨.

Pero algo cambió en mi rutina de compras hace aproximadamente un año: hice mi primera compra on-line. A principios del otoño pasado, con la apertura de la tienda de Zara en internet, me atreví a comprar una falda tableada camel a la cintura. Estaba totalmente desorientada. Nadie de mi círculo cercano lo había hecho (de hecho, pocos en San Sebastián lo habían hecho, porque el encargado de la tienda Zara en la que recogí el pedido tuvo que servirse del libro de instrucciones, literal, para despacharme), por lo que no tenía nadie al que recurrir para resolver mis dudas, que no eran pocas.


Para empezar, no estaba del todo segura de lo que para mi era (y es, por supuesto) lo principal: la seguridad en el pago y, por tanto, de mis datos bancarios. A día de hoy (después de muchos pedidos realizados) puedo decir que mi experiencia en este sentido es muy satisfactoria. Nunca he tenido ningún problema con el cobro de las prendas mediante tarjeta de débito; lo llevan a cabo una vez el cliente tenga consigo su pedido y en caso de devolución reemlbolsan la cuantía abonada con la mayor brevedad posible.

Asimismo, me creó cierta deconfianza al principio el hecho de tener que registrarte en la página. Al final, sólo es un rápido trámite, sin mayor trascendencia, pero sí que me incomodó en un primer momento.

Otra de mis principales dudas era cómo iba a recibir el paquete. En Zara.com te facilitan tres vías. Una, la del envío a la tienda Zara que tu alijas, es gratuita. Las otras dos opciones, envío a domicilio "Estándar" (recibes el pedido en 2-3 días laborables) o "Express" (en 24-48 horas), tienen un coste de 3,95 y 5,95 respectivamente.

En ese primer pedido en Zara.com tuve, desafortunadamente, un problema: me quedaba grande la falda. En este sentido, os animo a que no subestiméis las tablas de tallas que ofrecen la gran mayoría de las tiendas on-line, en las que realizan una correspondencia entre su tallaje y los centímetros a los que corresponde cada una. Ante esa situación, sólo tenía una opción: cambiar la falda. Pero, ¿cómo podía hacerlo? Pues mi sorpresa fue que, al contrario de lo que se puede pensar, todo eran facilidades. Además de poder hacer la devolución vía correo ordinario (te facilitan los medios para ello en la propia caja del paquete), puedes devolver la prenda comprada on-line como cualquier otra en la tienda de Zara que prefieras (que fue lo que yo hice, para posterirmente comprarme la misma falda de la talla que finalmente resultó ser la mía).

Además, para los más excépticos, hay que resaltar las perfectas condiciones en las que recibes el pedido. En el caso de ser calzado (que en principio puede ser más susceptible de romperse creo), te lo envían con dos cajas (por lo que entiendo que la protección el doble).

No puedo pasar por alto, además, el envío como paquete de regalo que muchas tiendas de moda on-line (entre las que no se encuentra Zara.com) te facilitan. Conozco alguna que, a pesar de no ser regalo, elije la forma de envío como regalo sólo por recibir el paquete y abrirlo con el bonito envoltorio con el que lo ponen ;) .

Por todo ello, concluí tras aquel pedido que la compra en Zara.com era otra forma de compra de moda que iba a tener en cuenta desde ese momento. Y así ha sido. Tanto me ha gustado, que he abierto considerablemente el abanico de tiendas de moda on-line en las que he comprado. Pero esto será objeto de próximas entradas.

Sin embargo, no puedo concluir esta entrada sin dejar claro que, a pesar de que la compra on-line es segura y extremadamente cómoda (sobre todo para aquellas que no contamos con mucho tiempo para ir de tiendas), no hay nada que me pueda sustiuir ese placer que para mi consituye la aventura de ir de tiendas. Y si es por Donosti, mejor que mejor.






Vosotros, ¿habéis sucumbido ya a alguna tienda on-line? Si es así, ¿os ha gustado el resultado? ¿Puede llegar a sustituir la compra on-line a las tiendas convencionales?



Un besito. S.








4 comentarios:

Anónimo dijo...

S!! me ha encantado y me has facilitado los detalles que me faltaban para animarme a hacer mi pedido en Zara online. ya sabes que el no tener tiempo me impide recorrerme la Gran Vía Bilbaina..aiss. bueno ondo segi. un besito enorme. X

Sandra dijo...

X!! Me alegro mucho, cualquier otra dudilla me dices ;) Y ah!! Ya sabes que me encanta ir de tiendas por tu Gran Vía así que añadelo al brunch, a La Perla y al ¨snack" de Xabi...jeje!!!

Laura Alonso dijo...

Sandra!! Yo la verdad es que no he comprado nunca online....nose no me da buena espina....prefiero ver la tela tocarla...etc etc...pero bueno me ha gustado mucho la eleccion de la falda de pliegues beige...preciosa! yo me estoy haciendo 3 faldas del mismo estilo que a medida que las vaya temrinando las sacare en varios looks en el blog!! y encuanto a lo del sombrero...no seas tonta y echale cara! q vas a estas guapisima y con muchisimo estilo! besitos desde

http://miocapricci.blogspot.com

Sandra dijo...

Laura!! Te entiendo perfectamente lo que me dices, yo tenía (y tengo todavía en ocasiones) esas mismas dudas. De hecho, en más de una ocasión me ha desencantado la prenda que he comprado on-line, bien por el tejido, bien por el corte. Pero lo que he hecho es no volver a comprar ahí ;). A pesar de todo, el balance es positivo. Y qué ganas de ver tus faldas! Espero que nos las vayas enseñando ;). En cuanto a los sombreros...supongo que algún día me animaré jeje! Un besito. S.